8 de mayo de 2017

DESHIELO DE EMOCIONES


Hace unos días mientras estaba en una fiesta con unos amigos alguien pasó por mi lado y me dijo:

- "Me gusta esa cara".
- "¿Cuál?" - le pregunté sonriendo.
- "¡Esa!" - me respondió.

En ese momento no le di demasiada importancia a sus palabras y seguí disfrutando de la noche. A la mañana siguiente, mientras compartía algunas fotos de la noche anterior con una amiga, esta me respondía: "Tienes cara de felicidad."

Todos sabemos que las fotos nos pueden engañar. Como leí alguna vez, los adultos tenemos la capacidad de tener una sonrisa preparada para la fotografías, eso era algo que nos diferenciaba de los niños.

Por eso me puse a revisar las fotos que guardaba en mi móvil de este tiempo atrás, y en cierta manera la sonrisa de ahora tenía algo diferente.
Siempre suelo aparecer en las fotografías al igual que en la vida con una sonrisa, pero este tiempo atrás había algo que me traicionaba, y esta era mi mirada. 

Hay una persona en concreto que me conoce demasiado bien y siempre me lo dice. Estás guapísima, sonrisa preciosa, pero esos ojos te delatan.

¿Había llegado el día en el que volvía a sonreír con total plenitud?.
¿Había llegado el día en el que la tristeza que llevaba conmigo se había disipado?.

Sí, lo reconozco, la chica de la eterna sonrisa llevaba consigo una parte de tristeza. Tristeza que ya estaba durando demasiado tiempo. Tristeza a la que había que decirle adiós.

"No volverás a verme, pero me vas a oír. Este tiempo es para ti.." (Andrés Suárez)

y me vas a oír diciendo algo que nunca escuchaste de mi boca, algo que no me permitiste decirte...

TE AMÉ

Ahora lo puedo decir, te amé.Y te pido perdón.

Perdón por ver en ti aquello que ni si quieras sabías que tenías.
Perdón por leer esos ojos a los que les daba miedo mirarme de frente.
Perdón por llegar a ti, porque aunque te lo niegues, supe llegar.
Perdón por intentar trepar ese muro que construiste entre tú y yo.

Pero no pienso pedirte perdón por amarte, eso solo dependía de mi. Y lo hice porque lo merecías, porque vi en ti algo que no había visto en nadie más. Y ese algo me gustaba, me gustaba mucho. Porque si hubiera pensado en algún momento que no valías la pena, hubiera desistido mucho antes o incluso ni siquiera lo hubiese intentando.

Sé que tú también querías, pero algo en ti te lo impedía. El problema es que yo te quería completo, no a medias, porque yo no sabía querer a medias.

Siempre has creído que yo era mejor que tú. Siempre he tenido la sensación de que muchas veces has pensado que no me merecías, pero siento decirte que estabas equivocado. Aquí no hay nadie mejor que nadie. En esta vida solo actuamos como sentimos o como podemos. 

A mí me enseñaron a querer, a demostrarlo, y puede que con ello a tener la necesidad de que también me lo demuestren. Y eso tú nunca lo hiciste, tal vez porque nunca lo sentiste o porque no sabías cómo demostrarlo.

"Quisiste renunciar a quererme" (Jesse y Joy)

Lo quisiste, y me tocó aceptarlo. Tan solo quedaba asimilar la derrota y aceptar que perdí. Que te perdí. No podía seguir luchando por algo que jamás fue mío.

Y con la derrota llegó el silencio...

"No dije nada. Era mejor no decir, no recordar, no hablar, no insistir. Si te quería, cómo iba a discutir. Imposible. Cuando amas, no tienes ganas de pelea." 
(Màxim Huerta)

No te niego que costó volver a caminar ese septiembre. Tenía un corazón tan leal a tí que dolía, pero dicen que el tiempo todo lo cura, y poco a poco el dolor se transformó en pena. Pena por lo que pudo haber sido, por lo que pudimos haber sido.

Qué pena.

Ha pasado el tiempo y con él muchas canciones que me han recordado mi historia. Permíteme que la nombre como mi historia ya que nunca supe qué parte de ella fue tuya.
No hay nada más duro que la duda, y yo nunca supe cuales fueron tus verdaderos sentimientos hacia mí. Ya supongo que eso no importa.

Ha pasado el tiempo y con él la esperanza...

"Sin encuentros,
ni esperas.
Sin mañana
-la esperanza
que abra una estela de luz
para tenerte-."
(Ángela Becerra)

Y al perder la esperanza me convertí en iceberg, ese iceberg que prohibió que se acercaran demasiado a él, ya que no quería que otro calor lo derritiera. No quería volver a ser vulnerable ante el amor. Me convertí en todo aquello que algún día reproché de ti. Aprendí pronto, tuve un buen maestro.

Pero al estar al otro lado del muro llegué a comprenderte. Ahora era yo la que tenía miedo a que otra persona invadiera mi vida, era yo la que estaba cargada de miedos, era yo la que dejaba escapar a alguien.

Me costó reconocer que había cambiado, todos lo notaban menos yo. No era yo, no lo era. Cuando me descubrí en el espejo no me gustó lo que vi, y por ello decidí empezar a dejar atrás la nostalgia, la melancolía, dejarte ir.

Poco a poco volví a disfrutar de mi, de mi gente, de mi vida. Y aunque no estés en ella, debes saber que sigo hablando bien de ti con mis amigos.

Me alegra que las personas que me rodean estén dándose cuenta de que regresé.
Merecen que vuelva. 
Lo merezco.

Y todo esto lo escribo tras terminar la última novela de Màxim Huerta, "La parte escondida del iceberg".

Anuska.