20 de marzo de 2020

DESDE LA DISTANCIA

Ayer fue el día del padre en España. Resulta raro tenerlo a escasos metros de distancia y no poder abrazarle ni besarle. Es un tío que físicamente aparenta dureza, pero en el fondo es un blandengue. Necesita constantemente el cariño de su familia y saber que estamos ahí.

Hoy se cumplirá mi séptimo día en casa y me apetece hablar de alguien, pero no de mi padre. Hoy se lo dedico a ella.

Esa mujer fuerte, inagotable, dura a más no poder. Esa que la edad y sus achaques no la doblegan. La perenne, la que nos ama a rabiar, pero a la que le cuesta dar un abrazo o pronunciar un te quiero.

Esa que nos ha protegido desde el momento en que llegamos al mundo mis hermanas y yo. Esa a la cada día más entiendo y más me parezco. Esa que durante estos días nos está expresando más emociones y cariño a través de un audio o videollamada que en el resto de nuestras vidas. 

Esa que cuando todo esto acabe recibirá todos los besos y abrazos que nos debe.

Esa mujer, mi madre.

Anuska.





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