28 de octubre de 2015

Pedacitos de ti



Y entonces me descubrí mirándome.
Allí estaba yo, en pie, justo en frente del espejo donde siempre te imaginaba.

Entonces tus formas tenían el sentido perfecto,
al compás que marcaba el movimiento de los velos que cubrían las ventanas.
Como parte de un plan astútamente preparado, te imaginaba siempre con la cantidad justa de luz,
la suficiente como para que yo, cual director de fotografía, pudiese componer el resto.

Me descubrí mirándome y puse el empeño suficiente para descubrirme en al detalle.
Durante unos minutos centré toda mi atención en mis ojos, grandes, de tonos melosos,
y fue entonces cuando por primera vez te descubrí en mi.
Allí estabas tú, en cada movimiento, en cada parpadeo.
Sorprendido decidí continuar con la "auto-exploración"
y en cada uno de los pasajes de mi cuerpo pude descubrirte,
en algunos más escondida que otros, pero en casi todos estabas bien presente.

¿Por qué estaba sucediendo?

¿Por qué prácticamente tú y yo formábamos un solo elemento? ¿Un solo ser?

Quizás te había idealizado tanto que "de a poquito" me fui componiendo contigo
hasta descubrir que yo estaba hecho completamente de pedacitos de ti.

Antonio Orozco.






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